El contexto actual es agresivo, trepidante, las novedades tecnológicas ocurren cada vez más deprisa, los ciclos de vida de los productos se reducen, las metodologías de gestión cambian a mejor y como empresa necesitamos actualizar nuestro conocimiento y destrezas con tal de seguir siendo competitivos. Hay quien puede ver esto como un coste, pero realmente es una inversión, indispensable y que se amortiza a corto plazo. En caso de no adaptarnos, de salir al terreno de juego con planteamientos, estrategias, metodologías y herramientas obsoletas, nos hace perder valor ante nuestra competencia.

Ir contra corriente o meramente dejarse llevar es arriesgado, como empeñarse en seguir conectándonos a Internet con uno de esos antiguos módems ruidosos, – en vez de hacerlo con un ágil y cómodo router de fibra -, y esperar buenos resultados. Los aparatos antediluvianos tienen su gracia, pero en un museo. Por nada del mundo nos interesa que nuestro conocimiento se quede convertido en una reliquia.

Las dinámicas gamificadas, la mentorización y el training in job van a ser algunas de las tendencias en formación más demandadas durante este año 2020 y los siguientes. Porque, como todo, la formación también evoluciona y se adapta a los nuevos tiempos y necesidades.

¿Por qué invertir en formación continua?

Es importante detectar las necesidades formativas concretas en las diferentes áreas y / o equipos dentro de la organización. Una vez se han identificado estas carencias o necesidades se debe dotar a los componentes de estos equipos de las herramientas y el conocimiento adecuados para adaptarse a los cambios y requerimientos del contexto. El retorno de la inversión de la formación continua para las compañías se ve reflejado en varios aspectos, unos de tipo cuantitativo y otros de tipo cualitativo:

  • Permite reubicar el personal y definir un reparto óptimo de funciones.
  • Refuerza la cultura organizacional de la empresa, porque la formación hace que los profesionales se sientan valorados e integrados.
  • Aumenta la motivación, la vinculación de los trabajadores con la empresa y permite mantener el talento.
  • Mejora la reputación, lo que atrae cada vez mejores perfiles a la compañía.
  • Permite reducir los errores laborales y optimizar el tiempo.
  • La formación mejora el conocimiento y facilita la innovación de los equipos, haciendo las empresas más competitivas.
  • Last but not least, todo ello deriva en los números finales: mejora la productividad de la plantilla, el servicio a los clientes, y esto revierte en más ganancias y más beneficios para la organización.

Y a los trabajadores, ¿qué beneficios les aporta? También ellos se benefician con los programas de formación continua en las empresas donde trabajan. Para mencionar sólo algunos, las más destacadas son:

  • Adquirir nuevas competencias propias y conocimientos de su especialidad.
  • Las nuevas competencias los hace más competitivos en su profesión.
  • Se sienten más vinculados a la empresa, ya que la inversión en su formación denota un interés en el desarrollo de su trabajo dentro de la empresa.
  • Mejora su confianza y capacitación laboral, lo que los hace más motivados, creativos y efectivos.
  • Se reducen los errores, mejorando el servicio al cliente y aumentando la productividad.
  • Favorece la promoción interna, para poder reubicar los profesionales a las nuevas necesidades de la empresa, en vez de buscar talento fuera.

La formación continua es un win-win que beneficia a todas las partes implicadas … Y eso tarde o temprano ¡se traduce en números!

Elaborado por: Isotonia