Psicólogo de profesión y de vocación, ha dedicado 15 años de carrera profesional al área organizacional, específicamente a la consultoría en Desarrollo Organizacional e implementando programas de Capacitación y Gestión de Talento. En esta entrevista nos habla, sobre salud mental, regreso a la oficina, entre otros temas.

“Mi hábitat natural consiste en llegar a una organización determinada, levantar necesidades y diseñar soluciones específicas para satisfacerlas, conectadas a indicadores”, explica Víctor Aravena, chileno,  erradicado en Barcelona desde 2018.

En 2011 conoció a Carlos Cox, director ejecutivo de 3C Consultores, parte del pool de colaboradores de OTIC CAMACOES, donde  comenzó a desarrollarse como consultor y  aprendió “muchísimas metodologías orientadas a transferir aprendizaje al puesto de trabajo”.

En Barcelona, tras estudiar un postgrado en Coaching Ejecutivo en la escuela de negocios de la Universidad Pompeu Fabra, se adentró en el mundo de la gamificación gracias a Esther Hierro e Imma Marín de Marinva.

¿Qué enseñanzas dejó 2020 en cuanto a cuidado de la salud mental, desde el plano laboral? ¿Cómo es la calidad de la salud mental en Chile?

—Hablar de salud mental en Chile es hablar de un tema tremendamente amplio que da para una entrevista completa específica sobre este punto; sin embargo, creo que hablar de esto es tremendamente relevante en un contexto “post” pandemia. Ya antes de la pandemia, las cifras relacionadas a trastornos depresivos y ansiosos eran preocupantes, lo cual ya en contexto pandemia y cuarentena se hicieron muchísimo mas relevantes.

—En abril del 2021, la ACHS y la UC realizaron un estudio longitudinal llamado “Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC”, y dentro de sus resultados, arrojó que un 23,6% de los chilenos presenta sospechas o problemas de salud mental, y que el 45,9% evalúa que su estado de ánimo es peor o mucho peor que antes de la pandemia. En ese sentido, es muy importante entender que la salud mental juega un rol importantísimo al momento de gestionar y desarrollar equipos de trabajo. Las organizaciones son organismos o sistemas compuestos por personas, y con ellas distintas subjetividades, emociones y maneras de ver el mundo.

¿Qué desafíos se vienen a futuro?

—Creo que el desafío es grande, y a la vez muy enriquecedor. Necesitamos organizaciones y nuevos estilos de management que no solo se hagan cargo de supervisar que el trabajo se esté haciendo y de velar por el cumplimiento de KPIs, sino que también se preocupe de la contención y regulación emocional de sus colaboradores. Me ha tocado conocer en los últimos años a Gerentes de Planta u Operaciones de empresas pertenecientes al sector agrícola o industrial que me han dicho “con esto de la pandemia, no solo he tenido que ser jefe, sino que también un poco psicólogo de mi gente”, creo que este tipo de comentarios responde a esta necesidad o desafío.

Cuéntanos sobre cómo la gamificación se puede aplicar en procesos relacionados al cuidado de la salud mental.

—La gran ventaja de la gamificación es que está presente en distintos mundos, como el organizacional, educación, investigación y salud. Dentro de este último y específicamente en salud mental, la mayoría de los desarrollos gamificados tienen relación con el manejo de estrés y ansiedad, y la promoción del bienestar, concepto que viene de la psicología positiva. Si esto lo conectamos con el mundo organizacional, podemos encontrar un súper buen complemento que contribuya a la mejora de indicadores de calidad de vida laboral en las personas.

—La tecnología puede ser una gran aliada en esto. Calm es uno de los ejemplos mas famosos de aplicaciones que fomentan la práctica de la meditación, pero también existen otras como Wysa, que promueve prácticas de cuidado de salud mental (individual y a nivel de equipos) a través de inteligencia artificial, o eQuoo Fitness Game, basado en evidencia, donde vas desbloqueando niveles acordes a habilidades emocionales e interpersonales adquiridas y psico-educación. Ahora, estas son solo herramientas de ayuda, por lo que tienen que ir apalancadas por el factor humano y procesos de desarrollo y gestión de personas.

—Desgraciadamente, no existen muchos programas o desarrollos gamificados orientados a la salud mental y bienestar aplicados a la realidad latinoamericana y nacional, y sobre todo que conecten con gestión de talento y calidad de vida laboral. Y es una de las distintas líneas de trabajo que estamos desarrollando con Marinva en Chile, a través de 3C Consultores.

¿Está costando volver a la oficina?

—Me ha tocado trabajar con equipos que, a raíz de su cultura organizacional, nunca se hubiesen imaginado trabajar en modalidad virtual y que, a pesar de su altísima resistencia al cambio y dificultades tanto de comunicación/coordinación y tecnológicas, con el tiempo encontraron una modalidad que les hacía sentido e incluso les traía beneficios.

—Seguimos en un periodo de adaptación, y eso conlleva un monto de ansiedad normal por definir cual es el estilo que mas le acomoda a cada organización y equipo. Bajo esta nueva normalidad, es necesario pensar en como desarrollamos nuevas estrategias para generar cultura, pertenencia y sentido de equipo, ya que, trabajando de manera presencial, cosas tan simples como las conversaciones de pasillo o el café por la mañana contribuían a ello.

En la era post pandémica, ¿qué relevancia adquiere que las organizaciones inviertan en capacitación y formación continua de su talento humano?

—La capacitación para empresas y equipos de trabajo siempre han jugado un rol importantísimo en la motivación y engagement de sus colaboradores, es también una estrategia válida de reconocimiento y de mostrarles que su propio desarrollo y contribución es clave dentro de la cadena de valor. Creo que en la era post pandémica esto es de tremenda importancia, sobre todo porque han surgido nuevas necesidades de soft skills que se deben desarrollar (competencias digitales, por ejemplo), y que ya son parte de nuestra realidad laboral.

—La capacitación también sigue jugando un rol fundamental en el desarrollo de conductas clave transferibles al puesto de trabajo y sus impactos en los resultados reales del negocio, en un contexto donde la manera de trabajar ha cambiado.