Si bien el trabajo remoto ya era una modalidad utilizada por varias empresas modernas, con el abrupto inicio de la pandemia muchas se vieron en la urgente necesidad de adaptarse a este formato pero hoy, a más de un año del COVID-19 ¿Cuál es la evaluación que hacemos? O más bien ¿Qué consecuencias podemos medir y qué escenario se viene de aquí en adelante? OTIC CAMACOES conversó con Sergio Calderón, Director de Desarrollo Internacional de Organización Internacional de Directivos de Capital Humano (DCH) para resolver todas estas interrogantes.

¿Cómo evalúas el trabajo de los colaboradores en esta nueva dinámica del teletrabajo? ¿Qué lecciones obtienes?

Sin duda destaco la capacidad de adaptarse a situaciones totalmente imprevistas e impensadas a nivel universal. Pese a que ya había culturas en determinadas organizaciones de teletrabajo, el mundo ha tenido que adaptarse rápidamente a esta situación, siendo que los colaboradores han sido los protagonistas, teniendo que invadir su propia privacidad. También ha tenido sus consecuencias que hoy no las podemos identificar. Por ejemplo ¿Qué pasa con las personas que no tienen una ámbito natural para poder trabajar desde sus casas como lo hacían en sus oficinas, porque viven en un departamento compartido o porque tienen niños? Ya no hay cortes de horarios y todo se mezcla porque antes la familia, el hogar y las horas de ocio estaban separadas pero ahora no, y uno va naturalizando temas porque claro, nos parece cómodo, sin embargo, lo cierto es que estamos teniendo llamados de trabajo mientras estamos almorzando en familia. Esto ha marcado un quiebre fenomenal

¿Crees que se ha visto afectado el desempeño de los colaboradores por esta modalidad?
Totalmente. Muchos tuvieron que trasladarse a trabajar a sus casas y prácticamente les dijeron hazlo como lo hacías antes “con la interacción y relacionamiento de oficina” pero lo cierto es que hay personas que trabajan bien bajo su propia organización y hay otro grupo que, por el entorno en el que está, simplemente lo distrae. Claramente el desempeño es desigual, ya que gente que trabaja muy bien ahora en su nuevo entorno capaz que ahora, trabaja muy mal por estas circunstancias y viceversa.

¿Cómo resulta la evaluación de desempeño en estos días?

Hay que medirlo en base a aquellas personas que trabajan mejor o peor que antes y analizando el por qué, es decir, si tu evaluación esta buena pero este año no ¿Es justo que yo te castigue? Lo mínimo es “sentarme” a conversarlo. Porque las respuestas pueden ser desde que tengo tres niños chicos, porque no los he podido llevar al jardín, porque vivo en una casa pequeña, entre muchas situaciones. Va a ser una verdadera bisagra, ahora que estamos cumpliendo ya más de 13 meses del confinamiento mundial, será un desafío para las organizaciones y necesitamos una apertura mental grande sobre todo de parte de los directivos de gestión de personas dado que hay una serie de factores que afectan.

¿Cuáles son las claves de los recursos humanos para tener un óptimo manejo en estos tiempos?

Flexibilidad. Tratar de hacer un diagnóstico lo más certero y rápido posible y capacidad de respuesta o reacción, es decir, tratar de ver soluciones siempre desde el lado de la innovación porque nunca hemos vivido esto antes, nadie. Sólo basta pensar ¿Cómo es el proceso de una persona nueva en una organización? Es todo un desafío transmitirle la cultura e idiosincrasia de la empresa pero ahora se ha perdido todo eso.

¿Qué consejos das a los colaboradores que se encuentran sobrepasados por las horas y así tener una salud mental saludable?

El rol de las empresas es clave. Pedir o tratar de exigir lo mismo a un colaborador que estaba bajo un determinado equipo, ambiente, etc, y ahora con el nuevo escenario es difícil. El consejo es ser ordenado con los tiempos y prioridades, es normal sentirse presionado pero lo importante es mantener la calma y hablar siempre con los jefes pero por sobre todo, que éstos sean proactivos y lo hablen con sus colaboradores (ojo en esa labor) porque puede gatillar situaciones de mucho estrés.

¿Qué consejos das a las organizaciones para motivar a esas personas que están sobrepasadas/estresadas?

El mensaje para ellos es ser conscientes que hubo un cambio disruptivo que impacta en los activos humanos, y tomar acciones. Hay empresas que brindan servicios psicológicos anónimos y de acuerdo al diagnóstico que hace cada profesional le indica a la empresa qué pasa con su colaborador y qué curso de acción propone. O también, lo otro recomendable es implementar plataformas de bienestar, por ejemplo “Calm”, que te invita a hacer una pausa en tu trabajo. Sin duda, son buenas herramientas.

¿Los desafíos en términos de las nuevas formas de trabajar? ¿cómo crees que se viene el escenario una vez que pase la Pandemia?

Aprender a medir el desempeño en este nuevo entorno; identificar bien por actividad, por empresa, por área y por colaborador dónde es mejor teletrabajo y dónde es mejor implementar el trabajo físico. Además, ver hasta dónde esta decisión la dejas a gusto de cada colaborador, es decir, hasta dónde tenemos derecho tú y yo a decirle a nuestra empresa “para mi, teletrabajo u oficina”, eso es algo que lo veremos en los tiempos que se vienen.