Las capacitaciones online han cobrado gran relevancia en el último período, sobre todo aquellas relacionadas a perfeccionar las herramientas digitales. Según el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) las capacitaciones online subieron de cuatro en 2019 a 168 en 2020, registrando más de 400.000 inscripciones. Y es que, el cambio digital que se venía observando de manera paulatina, hoy sin duda se ha visto incrementado ante la inminente necesidad de reinventarse ante la actual crisis sanitaria que estamos viviendo.

Si bien, el aprendizaje en línea supone múltiples beneficios, antes de comenzar una capacitación es necesario tener en cuenta ciertos aspectos técnicos y de planificación para que éstas resulten exitosas. Para ahondar en este tema, conversamos con Mauricio Gutiérrez, Director de Innovación de Exploradores SG, expertos en diseño e implementación de procesos formativos basados en metodologías innovadoras.

Sin duda la actual crisis sanitaria significó un boom de las capacitaciones online ¿Qué análisis hacen frente a esta alza y cuáles consideran que son las más solicitadas en Exploradores SG?

Esta alza en las capacitaciones online se relaciona con el avance de la transformación digital. Varias veces se ha planteado que la pandemia ha adelantado tres años la transformación digital y creemos que eso ha sido positivo para los procesos formativos, porque ha forzado a todos a volvernos más creativos y explorar otras opciones.

En nuestro caso en particular, las temáticas más solicitadas refieren a herramientas prácticas de liderazgo (ya que los líderes están enfrentados a una nueva forma de felación con sus equipos de trabajo); metodologías de venta consultiva (que ayuda a mejorar habilidades de venta remota) y reinvención en entornos complejos (que se orienta a ver y generar oportunidades en las organizaciones donde solo se ven amenazas propias de entornos VICA).

¿Qué acciones concretas recomiendan tanto para el empleador como para los colaboradores para que las capacitaciones vía online funcionen de forma efectiva?

Primero, asegurarse de que los participantes cuenten con la infraestructura técnica (computador, buena conexión a internet, auriculares, etc), así como con un nivel aceptable de alfabetización digital. Segundo, asegurarse del uso de tecnologías que amplifiquen la interacción entre los participantes.

Tercero, contar con facilitadores/relatores con experiencia en procesos formativos on line. En nuestro caso, nuestros facilitadores tienen más de 20 procesos formativos on line en el cuerpo, equivalentes a más de 200 horas. Y por último, evitar sesiones de más de dos horas. Esto debe respetarse tanto si es online o presencial.

¿Han tenido que adaptar sus programas/plataformas ante esta alza, haciéndolos más amigables y/o con funciones más inteligentes/medibles, por mencionar algunas características?

Más que adaptar, podemos decir que tuvimos que replantear completamente la forma de llevar a cabo los procesos formativos. La capacitación online no es replicar o adaptar los contenidos a un canal diferente, sino adentrarse en una modalidad que tiene reglas diferentes. En nuestro caso particular, en 2020 -a principios de la pandemia- invertimos tres meses en investigar y desarrollar nuevas tecnologías y nuevas formas de llevar a cabo los procesos formativos de manera on line.  En este sentido, adoptamos la filosofía del microlearning, en donde todos nuestros talleres apuntan a desarrollar herramientas acotadas, precisas, altamente prácticas y en pequeños bloques de dos horas, las que son apoyadas por distintas tecnologías, app y softwares. Todo lo anterior tuvo un gran impacto positivo en el volumen de ventas del segundo semestre del 2020 y también de las ventas del primer semestre 2021.

¿Qué desafíos creen que vienen de aquí en adelante en el mundo de las capacitaciones online?

A nuestro entender, existirán cuatro grandes desafíos:

  • Metodológico: Que apunta a la profundización e incorporación real de metodologías andragógicas (aprendizaje en adultos) y heutagógicas (aprendizaje autónomo).
  • Tecnológico: Que apunta a redoblar esfuerzos por alfabetizar tecnológicamente a los participantes de este tipo de procesos formativos. Esto, porque llegaron para quedarse.
  • Actitudinal: Que apunta a cambiar la actitud pasiva de los participantes frente al aprendizaje, orientándola hacia un “hacerse cargo” del propio aprendizaje y desarrollo.
  • Eficiencia de Recursos: Las sesiones no deben superar las dos horas, el giro debe ir hacia la calidad por sobre la cantidad de horas invertidas en formación.